San Vicente 2019/2020

La decisión de seleccionar únicamente esta variedad representa el objetivo de priorizar la calidad sobre la rentabilidad. Una variedad que desapareció por su baja producción, ideal para la crianza en barrica y con la que se obtienen vinos más afrutados, elegantes y suaves.

Con ello Guillermo y sus hijos lograron obtener un vino especial, dado que se trata de una finca única, una variedad de uva única y una bodega única.

Guillermo Eguren plantó 18 hectáreas de Tempranillo Peludo en la Finca de La Canoca, a los pies de la Sierra de Cantabria, en un suelo arcilloso calizo alcalino con una proporción equilibrada de materia orgánica.

Las vides están plantadas en espaldera y con un bajo rendimiento de un kilo por cepa.

La vendimia es manual, depositando los racimos en cajas. Luego, al llegar a la recepción de la bodega, se realiza una selección en las mesas de selección para mantener los racimos en óptimas condiciones de sanidad y maduración.

El mosto se envía a barricas de roble francés donde se realiza la fermentación alcohólica, y de ahí a barricas nuevas (con un 10% de roble americano) para la fermentación maloláctica. Su posterior crianza en barrica se prolonga durante unos 20 meses, con trasiegas cada 4-5 meses. Posteriormente permanece en botella durante un año antes de su salida al mercado.