Gratallops 2016

Gratallops es un vino tinto ecológico de garnacha, samsó (cariñena) y otras variedades blancas de la bodega Álvaro Palacios, de la DOQ Priorat, en Cataluña.

Para elaborar este "Vi de Vila" se utilizan racimos de once parcelas: Ermites, Torrent, Coll del Corral, Camp d'en Piqué, Socarrats, Carrerada, Les Sorts, Mas d'en Pallarès, Manyetes, L' Ermita y L' Hort de l'Olivar, situado en Gratallops, región vinícola de Tarragona, España, compuesto por los característicos suelos de pizarra (licorella) de la región y cuyas viñas tienen edades comprendidas entre 15 y 70 años.

Al llegar a bodega los racimos son despalillados y ligeramente pisados. La fermentación alcohólica se realiza en pequeñas tinas de madera con pinchazos periódicos. El vino resultante envejece durante 16 a 18 meses en depósitos ovalados y barricas de roble francés, un tipo de barrica de gran tamaño.

Este coupage de dos variedades de uva negra, Garnacha y Samsó, contiene también un porcentaje mínimo de uvas blancas cultivadas en la zona, como Garnacha Blanca, Macabeo y Pedro Ximénez.

Todos los vinos firmados por Álvaro Palacios, el mago del Priorat, son garantía de elegancia y refinamiento, elaboraciones que le han convertido en un referente de la viticultura internacional y son algunos de los vinos más deseados y valorados del mundo.

Presentamos la nueva cosecha 2016, caracterizada por el invierno más lluvioso de los últimos cinco años. No sólo llovió en invierno, sino que llovió hasta principios de verano, especialmente en marzo y abril. En el verano todo cambió y fue uno de los más secos de la historia ya que entre julio y octubre solo se registraron 28 litros, si comparamos las temperaturas de 2012 y 2016, la cosecha 2016 enfrentó un invierno mucho más frío que el anterior. 2012, que resultó positivo porque las heladas limpiaron el campo de parásitos de la vid. Durante la primavera las temperaturas también fueron más bajas que en 2012. Debido a todas estas condiciones climáticas, se produjo un retraso en la apertura de las yemas, que comenzó el 28 de marzo, y que provocó un retraso en la floración de tres a cuatro semanas. Cuando llegó el verano, toda la suerte llegó al Priorat ya que las precipitaciones desaparecieron mientras que en el resto de Europa continuaban sin cesar. Era algo que nadie esperaba, teniendo en cuenta el invierno que teníamos. Teniendo en cuenta el retraso en la germinación, la vendimia se inició a mediados de octubre en algunas de las fincas, dando como resultado vinos frescos y con una acidez extraordinaria debido a la larga duración de la uva en viñedo, que tanto ha caracterizado esta cosecha.